HISTORIA DE NUESTRA FALLA |
Nuestra Historia | |
Corría el año 1969. Una tarde de abril un grupo de amigos, vecinos del barrio, jugaban una partida de dominó truc en el bar Bondía, de la calle Cuenca 99. Entre ellos Josep Asensi, Antoni Pedrós, Alfons Martínez, Antoni "l'albanyil" y Josep Calvo. Entre ficha, o naipe, en el tapete, hablaban y comentaban sobre lo apagado que estaba el barrio y de que el mismo no tenía vida; la falta de diversión, de fiesta, etc. En una de esas charlas típicas de bar, fue Josep "Fino L'Ina", pues con este sobrenombre se conocía a Josep Calvo, quien abrió la primera puerta a la esperanza al comentar, de súbito y ante la sorpresa general: - ¿Por qué no hacemos una falla?. Y la ilusión brotó entre todos los presentes, pues hacía más de dos años que había desaparecido la comisión de las calles Cuenca y Ramón de Castro, por lo que la barriada estaba vacía de actividad fallera. Así, medio en serio, medio en broma, empezaron a hablar del tema; sopesando los pros y los contras. Finalmente decidieron intentarlo, siempre esperando la respuesta afirmativa del vecindario. Durante varias semanas se dedicaron a colocar pizarras por las calles de la demarcación (Cuenca, Barón de Patraix y Mosén Fenollar). La respuesta fue masiva y mucha gente se reunió en el día acordado, un viernes por la noche, en el mismo bar Bondía, que se convirtió en el punto de reunión donde se celebrarían las juntas durante todo el año. Aquel grupo de vecinos, en el cual unos preguntaban, otros proponían, y otros únicamente escuchaban, discutió como hacer la comisión y su funcionamiento. Pronto se puso en marcha la Junta Directiva a pesar de que unos y otros se pasaban mutuamente la pelota, pues nadie quería asumir la responsabilidad de ser la cabeza visible, el presidente de la falla. Finalmente fue Antoni Pedrós quien decidió echarse hacia delante, pues personas como Josep Calvo, al más puro estilo del Capitán Araña, después de embarcar a todos acabó por no ser fallero de a pie, por no sé qué problemas... Comenzaron a reunirse y a trabajar. Con toda la gente volcada en la idea y el proyecto, se consiguieron las firmas con el visto bueno de las fallas de alrededor, requisito imprescindible para poder constituirse en comisión nueva. Y de esta manera, con la sana intención de "fer falla", el 20 de junio de ese mismo año la comisión de la falla Barón de Patraix-Cuenca-Mosén Fenollar nació oficialmente al ser autorizada y reconocida, recibiendo el permiso de "l' apunta" de la Junta Central Fallera. Así comenzamos a funcionar como falla. Ese año, clave para el futuro de la comisión, pudimos plantar la falla además de con la colaboración de los falleros y del barrio en general, con la inestimable ayuda del Organismo de Loterías, pues la suerte nos sonrió y en el primer sorteo que participamos, fuimos agraciados con diez pesetas por peseta. Hay que tener en cuenta que, en aquellos tiempos, las papeletas de lotería se vendían a 2,50 pesetas. Además, durante el ejercicio nos tocó en varias ocasiones la devolución del dinero. También es verdad que se jugaba, prácticamente, todas las semanas. El artista de nuestra primera falla fue Francesc Ribes Calvet. Contactamos con él a través del presidente de la falla Maestro Sosa, costándonos en aquella época la friolera de 80.000 pesetas, aunque el artista las cobró por los pelos, como el que dice, pues Vicent Lahuerta Máñez "Paquito", el hornero, que era el encargado de pagos, quiso abonarle el último plazo de 10.000 pesetas, con la pala de madera de sacar el pan, pues no quedó muy satisfecho del monumento confeccionado por el artesano. |
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Pese a ser el primer ejercicio, se organizaron muchos y variados festejos: paellas, bailes, fuegos artificiales, mascletás, y hasta una orquesta. Y ¡Cómo no!. A los 00,25 minutos, ya del día 20, comenzando la tradición de hacerlo más tarde de lo habitual, se quemó el primer monumento. El fuego convirtió en ceniza lo que sería la larga continuidad de la falla y la fiesta en nuestro barrio, hasta el presente. |